Descansando en el balcón de su apartamento en Barranquilla, William Mebarark recuerda los instantes que añora del pasado, esos que han dado luz a su pasión por escribir.
La humildad y tranquilidad que transmite William Mebarak se reflejan en su rostro y en sus palabras, esas que señalan que él no es un escritor de renombre sino más bien alguien a quien las experiencias de la vida lo han impulsado a contar historias.
Recuerda que desde muy temprana edad empezó a contar sus historias cuando escribía para el periódico “El Biffeño”, del Colegio Biffi de Barranquilla, donde estudió su bachillerato.
Cuando tenía veinte años, entró a la Universidad en Bogotá a estudiar medicina; publicó en 1954 Mamboletras, una serie de cuentos humorísticos y crónicas que fueron firmadas bajo su seudónimo, “Karabem”, que es su apellido Mebarak al revés.
Después empezó a trabajar como locutor de noticias en un diario hablado, trabajó en la emisora Nueva Granada, hoy RCN, y también en la redacción del noticiero Sonrisal. En 1992 publicó el libro “Si yo fuera presidente” y “El caso del hombre de las gafas oscuras”, en 1994, que se compone de una novela corta y varios cuentos; y en el 2003 publicó Testimonio de un hombre.
Con su esposa Nidia Ripoll, con quien ha compartido los momentos agradables de la vida y de llevar a cabo la ardua, pero hermosa labor de ser padres de Shakira
Ha sido además vendedor de gasolina, visitador médico, agente de seguros, vendedor de calzado para damas, profesor de historia y español, joyero, relojero, esposo, padre y hasta el mejor “manager” de “una gran artista”.
Después de trabajar con su papá, Alberto Mebarak, en el negocio de las estaciones de gasolina, llamado “Mecha” por las iniciales de los apellidos Mebarak y Chadid, se quedó a vivir en Barranquilla cuando se liquidó esa empresa. Fundó una joyería llamada Zenit Seiko en la calle San Blas.
Trabajó en ventas al por mayor de relojes viajando por varias ciudades de Colombia hasta que nació Shakira y descubrió que su talentosa hija podía llegar muy alto y se dedicó a apoyarla al tiempo en que seguía con el negocio de relojes al por mayor.
A los trece años de Shakira, William la respaldaba en todo y fue así como ella bajo el apoyo de su padre firmó más tarde con Sony Music un contrato por tres años.
En ese momento William sintió que sus conocimientos en el mundo artístico ya no estaban a su alcance y decidió contratar a un manager. Cuando Shakira produjo “Peligro”, consiguieron un nuevo manager que además era compositor. Por su parte la cantante también entró a trabajar en el elenco de la telenovela Oasis.
Cuando lanzó su disco “Pies Descalzos” y ese tema sonó fuerte en todas las emisoras de radio, William supo que tenía que actuar ágil y acertadamente.
Cerró sus negocios en Colombia, se fue a Miami a buscar suerte con su familia, e hizo a un lado su vida andariega de comerciante de relojes para dedicarse de lleno a Shakira, convirtiéndose junto a su esposa Nidia Ripoll, en el ángel de la guarda y en el mejor de sus managers, antes de que lo fueran Patricia Téllez, Emilio Estefan, Freddy de Mora, entre otros.
William ha estado siempre vigilante de su hija desde que era una bebé, y más tarde cuando se hizo mayor de edad, seguía a su lado ya sin interferir en la parte profesional, sino más bien en la salud física y sobretodo emocional de la artista.
Ahora en sus planes está escribir la vida y obra de Shakira, no como biografía, sino como un libro visto desde ese aspecto de la superación del ser humano, como una obra que puede servir de ejemplo a muchos padres para que vean la importancia de conocer los sueños y talentos de sus hijos.
La vida le ha dejado a William un extenso aprendizaje con el que ha podido desestimar las vanidades y valorar el verdadero sentido de la espiritualidad.
Para él no existe nada tan importante que pueda perturbar su tranquilidad. Sabe que debe vivir hoy como si fuera el último día, con la satisfacción de haber tenido nueve hijos, escrito (hasta ahora) cuatro libros y sembrado una palmera de coco.
Se siente orgulloso de cada uno de sus hijos :William, (f); Lucilita, neurocirujana; Alberto, abogado; Moisés, técnico; Tonino, quien trabaja con Shakira; Patricia, educadora de niños; Edward, ingeniero mecánico; Robin, administrador de empresas; y Shakira, tan llena de gracia, de música, de poesía, su niña, la compositora de pies descalzos, de sueños, de risas y de cantos.
Hoy seis de septiembre, día de su cumpleaños, el testimonio de este hombre llamado William Mebarak nos cuenta que es necesario pensar que solamente han triunfado los que han creído en la belleza de sus sueños. GC
que viejo degenerado, dejo la esposa con 7 hijos, para estar de mantenido de la hija bastarda.